
Me conoces en lo secreto
Me viste antes de nacer
Me acompañas
Eres mi amigo fiel
Nunca me dejas
Lo sé muy bien.
Oh Jesús
Cómo pudo ser
Que viendo mi corazón
Me amaste tal como soy
Esa cruz, tu carta de amor
Para este pecador
Eres tan bueno Dios.
Me persigues cuando me alejo
Me traes a casa una y otra vez
Me restauras
Estoy completo en ti
Nunca me dejas
Lo sé muy bien
Lo sé muy bien
Oh Jesús
Cómo pudo ser
Que viendo mi corazón
Me amaste tal como soy
Esa cruz, tu carta de amor
Para este pecador
Eres tan bueno Dios
Cuando leemos el libro del Génesis, vamos viendo como un Dios infinitamente poderoso hizo toda una creación con tantos detalles desde los más grandes (el universo con toda su grandeza y complejidad) a los más pequeños (una célula, una pequeña partícula de átomo…). Vemos cómo crea el hombre y la mujer simplemente para estar con ellos, para Su deleite y únicamente porque Él quiso. Pero a lo largo de la Biblia vemos cómo esa historia de amor es interceptada por el pecado y que lo que tenía que ser perfecto al final se traduce en un amor inmerecido de un Dios tan grande y tan poderoso entregando lo más valioso del Cielo para recuperar una humanidad
completamente centrada en sus placeres e indiferente a tan grande amor.
Hace no mucho una persona muy sabia me explicaba cómo nuestra sociedad está “diseñada” para ir en contra de todo lo bueno, como vamos en contra de la vida, como pervertimos y robamos limpieza en seres indefensos desde una temprana edad, como las familias que deberían ser un lugar seguro donde vivir y una fuente de inspiración del respeto y el amor al final es de todo menos eso. Cómo robamos la libertad, cómo no defendemos al débil, cómo atacamos y destruimos todo lo que se parezca al principio de autoridad, y un largo etc.
Pensando en todo esto se encendía en mí un fuego y una pregunta: ¿Cómo puede ser que ese Dios tan santo, tan limpio no nos dejaba arder en el infierno? ¿Cómo podía ser que después de todo el daño que provocamos, invirtiera a Su único hijo para poder estar otra vez con nosotros (aun sabiendo que mi corazón es traidor y malo)? Y en ese debatir dentro de mí y clamando a Dios para que me permitiera entender ese amor, no recibí una respuesta, pero sí un recuerdo. El Espíritu Santo me recordaba como Dios me encontró a mí. No había nada bueno, solo dolor, soledad, tristeza, condenación, complejos… y estando así Él me amó, invirtió a Jesús, invirtió a personas, invirtió recursos… en definitiva me trató como lo que no era, me cambió. Me dio esperanza, me dio gozo, me hizo hija, me libertó de ataduras y transformó mi futuro para siempre. Y a pesar de tanta gracia y misericordia en mi corazón, me fui, amé mis viejos señores, hice cosas que jamás pensé que haría, traicioné al que dio lo más valioso por mí, me volví a encadenar… Pero de manera inexplicable, en medio de mi bajeza, Él vino de nuevo, me volvió a recoger, me volvió a perdonar, con un amor completamente incomprensible y con una ternura que no puedo explicar me llamó hija y volvió a darme lugar en Su casa. Después de todo esto, lo que para mí ya era incomprensible (que Dios amara esa humanidad tan perdida), pero ahora se volvió todavía más imposible de comprender (que todavía me amara a mí, que después de conocerle me volví a ir).
¿Cómo puede ser que alguien me ame así? No hay nada tan grande en esta Tierra, y no hay nada tan inmerecido que recibir semejante amor. Así que solo puedo darte gracias Padre por tanto amor, por esa misericordia tan inmerecida. Padre concédele a toda esa humanidad tan perdida como lo estaba yo conocer ese amor tan grande, verdadero y completamente inexplicable. ¡Gracias Jesús!
“Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados."
Amós 5:12
“De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Juan 3:16
Comments