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  • Foto del escritorMargarita Montes

El verdadero Amor

Un enamorado, es alguien que queda cautivado por otra persona. Su alma queda presa o ligada a ese ser y no quiere bajo ningún concepto ser separado de él o ella. De tal manera se enlazan, que se transforman en un solo ser. Siendo así que ningún golpe en la vida hace que se desprendan el uno del otro. Ninguno de los dos se exige nada al otro, pero cada uno se exige asimismo dar lo mejor de sí mismo a su amado o amada. El mayor grado de amor que se puede alcanzar, es cuando uno dice que está dispuesto a morir por otro, dar su vida, si fuera necesario. Y lo dice “de tal manera“ que llegado el momento lo hace.


En nuestra ignorancia, hemos llamado amor a muchos tipos de relaciones, y hemos clasificado y disfrazado nuestro egocentrismo y egoísmo, de amor, por eso muchos dicen, que el amor se enfría y desaparece. Y eso ocurre porque ese no es el verdadero Amor. Hay un grado de Amor, que aún es superior al que hemos hablado. Es un Amor sobrehumano, que va más allá de lo que podríamos amar ninguno de nosotros en este planeta. Y es el Amor que está dispuesto a dar su vida por el bien de sus enemigos, por el bien de los que le han traicionado, por el bien de todos los indeseables: ladrones, violadores y asesinos, por los malhechores, por los que están al margen de la ley y la justicia.. y por los mentirosos, engañadores y malpensados, por los rencorosos, resentidos y religiosos hipócritas, por los idólatras, murmuradores, calumniadores, confundidos, perdidos, adúlteros, etc.


Ese es el Amor de Dios en Jesucristo que de tal manera nos ha amado, que se entregó a la muerte, y resucitó, para que nosotros, los que hemos creído en Él, no seamos absorbidos por ella y podamos tener vida eterna en Él. Así es Dios. Dios puede amar así porque Él es Amor, el único y verdadero Amor que va más allá de lo que nadie puede ir. Por eso cuando comenzamos a conocer a Dios, entramos en otra dimensión, en la del Amor de Dios. Es otro entendimiento, es otra razón de vivir, es una vida abundante, intensa, humanamente incomprensible. Es una vida completamente nueva.


Enamorar, según he leído, significa estar “envuelto en amor”. Dios quiere envolvernos en su Amor, cobijarnos bajo sus alas, a su abrigo, bajo su cuidado y protección. Protegernos de ese mal que no podemos ver, pero que se avecina sobre cada uno de nosotros y no podemos controlar. Como es la depresión, la tristeza, el desamparo, la enfermedad, la soledad, el miedo a la muerte, y muchos miedos más, innumerables miedos en lo más profundo de nuestro ser. Y sobre todo esto, Dios quiere que todos nos salvemos de una condena eterna, a la que toda la humanidad está sentenciada, a causa de su pecado.


Cuando vamos entendiendo un poquito quién es Él, enloquecemos de amor, porque ese conocimiento es difícil, muy difícil de entender humanamente, pero llena por completo nuestro vacío de tal manera que fluye hacia afuera e impregna a muchos del Amor de Dios.


Si te "unes" a su Hijo, por la Fe y la Obediencia a sus Palabras, en gratitud y amor, no hay nada ni en el cielo ni en la tierra que te pueda separar de Él.


Ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del Amor de Dios, que es Cristo Jesús Señor nuestro. (Ro 8:39)


De esa unión, por su Espíritu Santo, dado a los obedientes, saldrá abundante fruto bueno, el carácter de Cristo. Y siempre formaremos parte de Él. Y esa es nuestra fe, que unidos a Él, estaremos para siempre donde Él está: En el Cielo, nuestro verdadero Hogar.



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