Si mis tesoros han perdido todo su valor. Y en este mundo ya no encuentro más satisfacción. Es porque he probado y he podido ver, a Cristo Jesús…
Así comienza una bella canción y así sucede a toda vida que aproveche la oportunidad de recibir la Vida de Jesucristo en su corazón. A mí me pasó en un día inolvidable…
El diccionario define la palabra "tesoro" de la siguiente manera:
Se le llama tesoro al Conjunto de dinero, joyas u otros objetos de valor, reunidos y guardados en un sitio
Así es, un tesoro es todo aquello que tiene gran valor para una persona. Podríamos decir que para que algo llegue a ser tesoro, o por lo menos así yo lo creo, tiene que rebasar lo máximo en valor. Es algo que aporta seguridad al que lo posee y frecuentemente gozo y alegría. Algo de lo que el poseedor no se quiere desprender por mucho que le ofrezcan. Y añado, que para que sea un gran tesoro, su precio debe ser incalculable. Y por ello, si de verdad has descubierto que es un gran tesoro, nada de lo que te pudieran ofrecer, equivaldría a su valor. Por lo tanto , ninguna tentación conseguiría arrebatártelo. Dios dice que donde está nuestro tesoro, allí estará nuestro corazón, nuestra mirada y nuestra fidelidad, es decir todos los pensamientos, palabras, decisiones, tendrían su raíz o motivación, en ese tesoro, que nutre y llena al poseedor del gran tesoro. Así que lo que esté en mi corazón, condiciona mi vida. Yo poseo a mi tesoro y mi tesoro en realidad me posee a mi. Por esta razón, si al final el tesoro que guardo me posee a mí, debo mirar bien que sea, no sólo un gran tesoro, sino Bueno, Perfecto, Seguro, Infalible, Infinito o Eterno. Ya que al final servimos a nuestro tesoro.
Hay muchas clases de tesoros. Unos son tesoros terrenales, como por ejemplo: una persona, posesiones, dinero, libros, cultura, títulos, dones… y más cosas. Respecto de esta clase de tesoros, Dios nos aconseja en su Palabra Escrita: "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan" y además nos dice que estos, se quedarán en la tierra, no nos los podremos llevar, pues así como vinimos al mundo, desnudos, así nos iremos, sin nada de nuestras posesiones más queridas. También dice que la raíz de todos nuestros males es el amor al dinero, que la codicia es una trampa, y muchas verdades más.
El verdadero Tesoro, se encuentra en Jesucristo
Otros Tesoros son los celestiales, que son todas aquellas acciones que realicemos guiados por el Espíritu del Señor. Por ejemplo cuando dejamos todo nuestro amor por lo terrenal para amar con todo lo que somos a Dios, y al prójimo. Entre los muchos consejos que Dios ha dejado escritos en sus palabras, podremos encontrar este:
Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19
Hubo un hombre, que caminando por el campo vio terrenos a la venta, y calculando Iba rechazando pues no le llegaba el presupuesto. Uun día vio un terreno, no muy atractivo aparentemente y al entrar en él comenzó a cavar la tierra, pues algo llamó su atención, y cuál no fue su sorpresa cuando encontró un cofre repleto de joyas, de oro, de plata, monedas... Nunca había tenido, ni visto tesoro semejante. Emocionado, lo volvió a enterrar, y con diligencia comenzó a recaudar todo su dinero, todos sus bienes, todo lo que más apreciaba o tenía en buena estima, y vendió todo sin tardanza. Con decisión compró aquel campo, que escondía el tesoro.
Jesucristo es el Tesoro de los tesoros. Entregado por Dios Padre a este mundo. Dice que su Vida no parece atractiva, pero el que lo descubra, hallará en Él el Tesoro de los tesoros. El que tenga un encuentro con JESUCRISTO, deseará tenerlo para siempre. Es el Tesoro por excelencia, que bajó del Cielo, al planeta tierra para reconciliarnos con Dios Padre. Jesucristo lleno de Vida, de Gracia, de Amor y de Verdad. La imagen del Dios Invisible, el Tesoro que contiene La Vida Eterna. Es el poder para vencer todo lo invencible. Esa Vida Eterna, no sólo es infinita, sino que al tenerla me permite conocer a Dios. Porque es Dios mismo hecho hombre. Es la fuente de la Sabiduría. La fuente inagotable del Amor de Dios que hace posible que yo pueda ser hijo/a de Dios rescatada por su Sangre. Él es la fuente de la Vida Eterna. Jesucristo resucitó y me dio su Espíritu Santo para traspasar esa Vida preciosa y eterna a mi corazón. Porque llegará un día en que estaremos en el final de nuestras vidas, cruzaremos el umbral de la muerte, y ahí nos daremos cuenta de que todos nuestros tesoros terrenales, para nada sirven en ese momento, no nos los podremos llevar, ni evitarán la muerte, y el disfrute que tuvimos con ellos se habrá esfumado como humo que el viento disipa. El verdadero Tesoro, se encuentra en Jesucristo. Recibirlo en el corazón como Rey y Dueño absoluto, nos hace entrar en la Vida Eterna, y cuando el cuerpo muera veremos todos los tesoros que nos estaban esperando. Y mientras llega ese día, entre batalla y batalla, viviremos llenos de Gozo y de Paz, de Esperanza, de Alegría, de Gratitud, y con Propósito, porque así vivimos los que hemos recibido a Jesucristo como nuestro Dios y Rey. De vagabundos perdidos a hijos del Rey de reyes.
¡Qué gran verdad es que donde esté nuestro tesoro estará nuestro corazón y en consecuencia nuestros pensamientos, acciones, motivaciones, etc! Muchísimas gracias Marga por esta preciosa carta que nos hace recapacitar y mirar dónde y en qué estamos poniendo nuestro corazón. Jesus es nuestro Tesoro, de valor incalculable....¡¡No hay nada que se iguale a Él!!