Cuando me tocó redactar esta carta pensaba en cómo transmitir a las personas que no conocen el Centro una de las características que definen la comunidad. En seguida me vino a la mente: "el ambiente familiar". Ese ambiente que se vive en cada rincón del Centro, que tanto impresiona y bendice a cada invitado, y que tan necesario es para la sanidad y restauración de cada interno. Ese ambiente de respeto, amor, libertad, confianza...
Tanto la familia como el ambiente familiar son una idea original de Dios diseñada en el cielo para bendecir cuidar y formar cada vida. Con el paso del tiempo y la falta de temor de Dios, la idea de Dios se ha ido distorsionando. Hoy en día seguimos usando el mismo vocabulario, familia, amor, respeto, libertad… Pero el contenido dista mucho de ser la idea original de Dios.
Hoy en día hay todo un sistema enfocado no en morir para que otros vivan, sino en vivir aunque otros mueran.
Cuando Dios diseñó la familia y hablaba al hombre o a la mujer de la necesidad de amar, la calidad de amor al que se refiere es un amor sacrificial. Esa clase de amor que entrega, que da, que muere para que otro viva, que muere a sus deseos, a sus planes, a su comodidad… En definitiva un amor descentrado de si mismo. Jesucristo fue un claro ejemplo de cómo ese amor le llevó a morir para que nosotros pudiésemos vivir. Hoy en día hay todo un sistema enfocado no en morir para que otros vivan, sino en vivir aunque otros mueran. Enfocado en vivir mis sueños, mis propósitos, mi vida, amarme a mi mismo aunque eso suponga pasar por encima de los que me rodean, o sacrificar el tiempo familiar, o la dedicación a los hijos... Ese lugar de refugio que Dios diseño para que las personas fuesen bendecidas, cuidadas enseñadas, se ha convertido ahora en un lugar de contienda y rivalidad donde cada uno persigue su propio bienestar y propósito. Un lugar donde el amor que preside es el amor a uno mismo.
Cuando escojo hacer morir mis deseos de venganza, entonces soy libre para perdonar...
Cuando Dios habla en su palabra de "libertad", nos habla de libertad del pecado. Hoy en día cuando se usa esta palabra en realidad solo es una bandera que defiende mis derechos y que paradójicamente me da la licencia de acabar con la libertad y los derechos de otros. ¡Hay tantos ejemplos de esto! Las mayores aberraciones que se cometen en nuestro país están amparadas bajo la bandera de la libertad. Miles de niños mueren y son dañados en nuestro país bajo esta bandera. Familias enteras son destruidas bajo la bandera de la falsa libertad ondeando en sus hogares. Dios diseñó las cosas de tal manera que el comienzo de mi libertad siempre es en la cruz. Mi libertad empezó cuando Jesucristo murió en esa cruz, y permanece cada vez que yo escojo esa cruz. Cuando en un hogar se escoge la cruz, es un hogar en libertad. Cuando escojo hacer morir mis deseos de venganza, entonces soy libre para perdonar; Cuando escojo pasar por alto la ofensa, o hacer morir el orgullo y la soberbia, entonces soy libre de la ira y la turbación que estas traen consigo; Cuando escojo la cruz, escojo la libertad. Doy gracias a Dios porque cada día, por su pura gracia, puedo ver en estas casas la idea original de Dios en cuanto a la familia. Mire por donde mire veo ese amor sacrificial, que entrega, que da, que muere para que otros vivan. Veo personas renunciando a diario a su tiempo, a su descanso, a su economía. Veo personas escogiendo cada día la cruz y manteniéndose en esa preciosa libertad que Dios les ha regalado. A diario veo como ondean las banderas del amor y la libertad, y puedo ver como Dios añade personas a su casa, a su familia, vidas que llegan destrozadas después de años persiguiendo esa falsa libertad y ese falso amor y que en medio de este ambiente son sanadas, restauradas y libertadas por Él.
La familia es una idea original de Dios y cuando nos alejamos de la idea, tal y como Él la concibió, deja de cumplir el propósito para el que el la diseño. Para mi es un regalo inmerecido vivir en medio de este ambiente que nace en el cielo, ese ambiente que tanto me bendice, me inspira, me reta y me enseña.