Hace unos días vi en casa hormigas, un pequeño desfile en columna de a dos, una de ida y otra de vuelta. Pensando en cómo combatirlas, alguien me dijo: "¡Pon una trampa para hormigas!". Me lo dijo y al día siguiente me la trajo. Hoy tengo en mis manos esta pequeña trampa. He leído las instrucciones de uso, y me aseguran que las hormigas serán atraídas hacia esta cajita verde redonda y plana en la cual hay varios agujeros. Unos de entrada y otros de salida. Las hormigas entrarán en la cajita-trampa atraídas por un olor al que no se pueden resistir, y cuando ya estén bien adentro, encontrarán un sabroso veneno que la cajita contiene en su centro. Una vez lo hayan degustado volverán al hormiguero y allí, poco a poco, irán debilitándose hasta que les haga total efecto y entonces morirán una tras otra hasta exterminarlas a todas. Y ahí quedó toda su proyección de vida. Unas caerán en la trampa al poco de nacer, otras lo harán más tarde, pero todas caerán. Me dieron pena las pobres hormigas, lo reconozco. Prefería rociar la zona con insecticida, y no ocasionar a las hormigas semejante sufrimiento, pero luego pensé. Realmente al entrar en casa, ya han entrado en una trampa, porque con cajita o sin ella, su final es de muerte.
Y esta pequeña cosa que pasó en casa, con la cajita-trampa, me hizo pensar: Realmente hasta que no tuve un encuentro con Jesucristo, no entendí ni comprendí la existencia en la tierra. Me sentía atrapada y sin esperanza. Como si realmente viviera dentro de una gran “trampa”. Pero gracias a Dios, al pedirle al Señor Jesús que entrara en mi corazón, comprendí que somos los descendientes de aquellos que siglos y siglos atrás dieron la espalda a Dios. Y que por ello la humanidad quedó atrapada dentro de un sistema oscuro, en un ciclo de sufrimiento, en una gran trampa, que a su vez, contiene muchas pequeñas trampas, encubiertas como es lógico. Y mis preguntas hallaron respuesta: Esta es la única razón de por qué en la Tierra hay tanto conflicto y dolor. Las personas no encuentran una salida real. Engañadas, abren “puertas- trampa”. Negocios, dinero, fiestas, drogas, juego, alcohol, relaciones, adulterio, obsesiones, delirio mental, codicia, conocimiento, resentimiento, suicidio y un largo etcétera. La tierra está llena de sufrimiento. También están las guerras, persecuciones, y un sin fin de injusticias. ¿Acaso no es esto una gran trampa? Unos pocos creen que se han librado, pero solo es que todavía no han padecido las consecuencias. Pero estas llegan sí o sí.
Pese a lo que pueda parecer...
¡¡Sí hay esperanza!!
¡¡ Jesucristo vino a esta tierra para traernos la Verdad y hacernos libres!! Y dice así:
"Venid a mí todos los trabajados y cargados y yo os haré descansar"
"Al que a mí viene, Yo no le echo fuera"
"Yo soy la Puerta, el que por mí entrare será salvo"
"Yo soy el Pan de Vida, Yo soy el Agua Viva, el que de mí bebiere no volverá a tener sed"
"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"
"Sin mí nada podéis hacer"
"Todo aquel que en mí cree tiene vida eterna"
y un gran etcétera
Esta es una pequeñísima muestra de las grandes verdades que Jesucristo trajo a la tierra desde el cielo. Quedaron escritas junto a una pequeña porción de ellas...pues según dicen las mismas Escrituras, no habría libros suficientes en el mundo, para poder recoger todas las Palabras de Jesús, el Señor.
Conocer a Jesucristo, ha sanado mi pasado, ha cambiado completamente lo que sería mi presente sin Él, Y mi destino es seguro. Está lleno de Esperanza y Seguridad, en la Tierra y más allá de la muerte. Con Él y en Él, he conocido el perfecto Amor.